Desde hace 20 años, el último martes de febrero se conmmemora el Día Mundial de la esterilización animal, con el principal objetivo de luchar contra la superpoblación así como el abandono y la muerte de animales sanos que pueden ser adoptados.
Debemos hacer distinción entre esterilización, que sólo impide la capacidad reproductiva de un animal, y la castración, que también conlleva la extirpación quirúrgica de las glándulas sexuales.
Además de ayudar a controlar las camadas indeseadas, esta última tiene numerosos beneficios para la salud de nuestras mascotas:
- En machos, previene tumores de próstata y testiculos.
- En hembras, siempre que se realice alrededor de la pubertad, reduce de forma significativa la incidencia de tumores mamarios y evita las enfermedades que afectan al útero (quistes, tumores y piómetras). También previene la pseudogestación (lo que popularmente conocemos como embarazos psicológicos).
Aún en nuestros días hay quienes considera una salvajada privar a una mascota de su capacidad reproductora, pero no debemos caer en el error de humanizarles sino pensar que en ellos el deseo sexual es una conducta regulada por una serie de hormonas que, si no están presentes, acaban con el impulso de aparearse. En él no intervienen factores psíquicos ni emocionales que puedan llegar a frusten al animal.
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