En cuestión de dos semanas han sido varios los perros afectados por el ataque de las oruga procesioanria con los que me he encontrado por casualidad y jamás hubiera pensado que los efectos pudieran llegar a resultar tan impresionante. En cuestión de segundos, el animal empieza a mostrar los primeros síntomas: hipersalivación, rojeces, inflamación de la lengua e incluso ampollas o úlceras, pudiendo llegar a afectar también a los ojos o la nariz.
Si vamos paseando tranquilamente y notamos estos síntomas a la vez que nuestro perro comienza a frotarse con las patas el hocico y la lengua o restriega la cabeza contra el suelo de forma compulsiva, es el momento de salir corriendo hacia el veterinario. No hay remedio casero que funcione (desterremos el mito de la inyección casera de Urbason).
En un primer momento ayuda echar agua caliente a presión sobre la zona afectada sin frotar para no romper los pelillos y éstos liberen más toxinas, pero el animal deberá ser SIEMPRE evaluado por un profesional, ya que nuestro perro puede llegar a sufrir graves daños en la boca y el hocico llegando incluso a la necrosis (por la que pueden perder parte de la lengua).En los casos más graves, puede surgir un shock anafiláctico y perder la vida en apenas 3 ó 4 horas.
Debemos tener en cuenta que estos animales de color anaranjado o amarillento que forman largas filas irremediablemente llamarán la atención de nuestro perro que, por muy obediente que sea, se dejará llevar por su innata curiosidad y se acercará a olfatearla e incluso metérsela en la boca.
No será necesario si quiera entrar en contacto con ella, ya que cada oruga posee alrededor de 500.000 tricomas, una especie de dardos envenenados que recubren su cuerpo y sueltan al sentirse amenazadas
Contra esta plaga, que este año es especialmente intensa, el único método de prevención que tenemos es el de evitar a toda costa entre febrero y abril las zonas de pinos, cedros y abetos. Y en caso de no ser posible, recomendamos llevar al animal atado y bajo nuestra supervisión en todo momento.
Parece mentira que un ser tanpequeño pueda llegar a hacerles tanto daño.
Si vamos paseando tranquilamente y notamos estos síntomas a la vez que nuestro perro comienza a frotarse con las patas el hocico y la lengua o restriega la cabeza contra el suelo de forma compulsiva, es el momento de salir corriendo hacia el veterinario. No hay remedio casero que funcione (desterremos el mito de la inyección casera de Urbason).
En un primer momento ayuda echar agua caliente a presión sobre la zona afectada sin frotar para no romper los pelillos y éstos liberen más toxinas, pero el animal deberá ser SIEMPRE evaluado por un profesional, ya que nuestro perro puede llegar a sufrir graves daños en la boca y el hocico llegando incluso a la necrosis (por la que pueden perder parte de la lengua).En los casos más graves, puede surgir un shock anafiláctico y perder la vida en apenas 3 ó 4 horas.
Debemos tener en cuenta que estos animales de color anaranjado o amarillento que forman largas filas irremediablemente llamarán la atención de nuestro perro que, por muy obediente que sea, se dejará llevar por su innata curiosidad y se acercará a olfatearla e incluso metérsela en la boca.
No será necesario si quiera entrar en contacto con ella, ya que cada oruga posee alrededor de 500.000 tricomas, una especie de dardos envenenados que recubren su cuerpo y sueltan al sentirse amenazadas
Contra esta plaga, que este año es especialmente intensa, el único método de prevención que tenemos es el de evitar a toda costa entre febrero y abril las zonas de pinos, cedros y abetos. Y en caso de no ser posible, recomendamos llevar al animal atado y bajo nuestra supervisión en todo momento.
Parece mentira que un ser tanpequeño pueda llegar a hacerles tanto daño.
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