Ya son varios los casos de perros fallecidos en el interior de un vehículo en nuestro país en lo que va de verano. El último, ayer mismo, alrededor de las 16:30 de la tarde, en Torrevieja. A esa hora, la policía Local llegaba al lugar de los hechos, después de que varios vecinos dieran el aviso sobre el preocupante estado de tres canes el interior de un coche.
Los agentes rompieron las ventanas para liberarles, pero era demasiado tarde para uno de ellos: ya había fallecido. Los otros dos fueron trasladados a una clínica veterinaria en la que quedaron ingresados para intentar recuperarlos tras haber estado sometidos a las elevadas temperaturas del interior del vehículo.
Noticias que cuesta entender cuando estamos cansados de escuchar por activa y por pasiva que no se debe dejar a nuestros animales solos en el interior del coche, menos aún en fechas donde el calor es extremo.
No parecemos consciente de que un vehículo en verano puede llegar a convertirse en un verdadero horno que puede llegar a superar los 80ºC si lo estacionamos al sol. Si a ello le sumamos que el can apenas tiene capacidad para refrigerarse al no sudar como nosotros, en un cortísimo periodo de tan sólo 10 minutos le podemos provocar problemas vasculares, hemorragias o edemas cerebrales hasta perder la vida.
Afortunadamente, la gente es cada vez menos indiferente ante hechos como este y los ciudadanos no dudan en avisar a las autoridades si ven a un animal en apuros. De hecho, cada vez son más las campañas que tratan de concienciarnos al respecto.
Los agentes rompieron las ventanas para liberarles, pero era demasiado tarde para uno de ellos: ya había fallecido. Los otros dos fueron trasladados a una clínica veterinaria en la que quedaron ingresados para intentar recuperarlos tras haber estado sometidos a las elevadas temperaturas del interior del vehículo.
Noticias que cuesta entender cuando estamos cansados de escuchar por activa y por pasiva que no se debe dejar a nuestros animales solos en el interior del coche, menos aún en fechas donde el calor es extremo.
No parecemos consciente de que un vehículo en verano puede llegar a convertirse en un verdadero horno que puede llegar a superar los 80ºC si lo estacionamos al sol. Si a ello le sumamos que el can apenas tiene capacidad para refrigerarse al no sudar como nosotros, en un cortísimo periodo de tan sólo 10 minutos le podemos provocar problemas vasculares, hemorragias o edemas cerebrales hasta perder la vida.
Afortunadamente, la gente es cada vez menos indiferente ante hechos como este y los ciudadanos no dudan en avisar a las autoridades si ven a un animal en apuros. De hecho, cada vez son más las campañas que tratan de concienciarnos al respecto.
Debemos tomarnos en serio este tipo de advertencias. No sigamos convirtiendo nuestro coche en auténticas trampas mortales.
¡No más muertes en el maletero!
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