sábado, 1 de agosto de 2015

Pelusa muere colgada de un olivo

Pelusa era una podenca cualquiera, propiedad de un vecino de Villanueva del Arzobispo (Jaén). Anteriormente había pertenecido a otro alguien, que decidió regalársela a un desgraciado. Un ser monstruoso que decidió que no era una compañera digna para él, posiblemente por sus escasas dotes para la caza. Y la puso a tocar el piano...

Aquel desalmado la colgó de un olivo.


Amarró su cuello a una soga que posteriormente fijó a una rama y supendió su cuerpo a varios centímetros del suelo. Pelusa se asfixió en uno de esos desesperados intentos por alcanzar la superficie.

Su verdugo ha sido imputado de un delito de maltrato animal agravado por el método utilizado, que incrementa el sufrimiento, algo por lo que con nuestras leyes jamás pagará lo sufienciente.

Y eso que "esas cosas ya no pasan aquí"...





D.E.P. Pelusa

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